Actualmente, en Europa no existe ninguna legislación que regule las condiciones en las que deben ser criados los conejos en las granjas, por lo que la mayoría de ellos permanecen hacinados en diminutas jaulas en batería, sin que exista control alguno sobre esta situación y sin que sea posible exigir unas garantías mínimas de salubridad y espacio.

España es el segundo productor en Europa de carne de conejos. En este país se crían y matan para consumo 52 millones de conejos cada año, según datos del propio Ministerio de Medio Ambiente.

Una investigación de Igualdad Animal, que vio la luz en 2014, mostró cuál es la realidad y la crueldad de la industria cunícola, así como las terribles condiciones en las que se mantiene a los conejos.

Durante dos años de investigación, en granjas españolas de todo el territorio, los investigadores pudieron documentar cómo algunos granjeros mataban a los conejos estampándolos contra el suelo, cómo eran arrojados vivos a contenedores de residuos, o cómo permanecían enfermos con heridas abiertas e infecciones cutáneas. En distintas granjas filmaron, también, cadáveres de conejos compartiendo jaula con otros vivos.

Estas prácticas fueron denunciadas, pero son sólo la punta del iceberg de una industria cruel, que no está siendo vigilada, y que no se rige por ninguna legislación.

Desde PACMA, consideramos fundamental mostrar a los ciudadanos las condiciones terribles en las que viven estos animales, para que puedan tomar conciencia de la dureza de la industria cárnica, y pensar de forma consciente acerca de su consumo.

El próximo 25 de enero se debatirá en la Comisión de Agricultura de la Comisión Europea una propuesta legislativa del eurodiputado animalista alemán, Stefan Eck, que pretende la regulación de las condiciones mínimas que se debe garantizar en las granjas de cría de conejos.

Aunque desde PACMA rechazamos el uso de animales para consumo, consideramos importante que mientras continuamos con una labor didáctica de difusión e información, que sin duda llega e influye en los ciudadanos, se intenten evitar prácticas crueles en la cría de animales, y se sancione a las granjas que cometan irregularidades. Una propuesta a la que los eurodiputados españoles del PP y el PSOE prevén oponerse dejando clara, una vez más, su falta de empatía hacia los animales.