El presidente de Bolivia, Evo Morales, promulgó la ley que legaliza de forma permanente el cultivo de hasta 22.000 hectáreas de hoja de coca en su país y criticó a EE.UU. por buscar la erradicación de la planta e incluir al país en su lista de “fracasos demostrables” en la lucha antidrogas.
La nueva Ley General de la Coca sustituye a la denominada 1008, que regulaba desde 1988 la producción de la hoja de coca y las políticas de lucha contra el narcotráfico.
Al promulgar la norma, Morales atribuyó la garantía “de por vida” del cultivo de hojas de coca a la lucha de décadas de los campesinos que se dedican a esa actividad y a la “fortaleza” política de su Gobierno y las organizaciones sociales afines al mismo.
“La hoja de coca se ha impuesto frente al imperio norteamericano, la coca ganó a Estados Unidos esta dura batalla porque Estados Unidos quiere cero de coca”, afirmó el gobernante, que aún es el principal dirigente de los cocaleros de la zona central del Chapare.
La antigua ley establecía un límite máximo de 12.000 hectáreas de plantaciones legales que solo podían cultivarse en la zona subtropical de los Yungas, en La Paz.
El proyecto original del Gobierno planteaba subir hasta 20.000 las hectáreas legales de hojas de coca, pero tras un conflicto con cocaleros de Los Yungas, el Ejecutivo finalmente decidió subir la superficie a 22.000 hectáreas.
El empresario opositor Samuel Doria Medina y el expresidente Jorge Quiroga (2001-2002) han criticado la nueva norma y han advertido de consecuencias para la imagen internacional del país.
Quiroga llegó a decir que la ley “ha legalizado la producción de cocaína”, al considerar que gran parte de la producción del Chapare se destina a la elaboración de esta sustancia.
El Gobierno ha justificado que la producción cubrirá el consumo interno tradicional y el aumento de superficie permitirá fomentar la industrialización de derivados legales de la coca y su exportación a mercados en Ecuador y el norte de Argentina.
Morales manifestó que “llegó la hora de enterrar la ley 1008” y ratificó que su Gobierno seguirá cumpliendo con sus compromisos en la lucha contra el narcotráfico.
Cuestionó que el Departamento de Estado de Estados Unidos haya señalado recientemente que Bolivia, junto a Venezuela y Birmania, son países donde existe un “fracaso demostrable” a la hora de implementar sus obligaciones internacionales en la lucha antidrogas.
“Lo único demostrable es que los gobiernos de EE.UU. no pueden someter a Venezuela y Bolivia”
Zanjó el presidente.