Alrededor de 131 millones de casos de clamidia son diagnosticados cada año en el mundo. Esta enfermedad, que ataca tanto a hombres como mujeres, es considerada una epidemia oculta pues en ocasiones no presenta síntomas y su avance en el organismo trae efectos como problemas de fertilidad y mayor vulnerabilidad ante el VIH. Es por esto que un equipo de investigadores del Statens Serum Institut en Dinamarca se ha propuesto encontrar una vacuna contra esta infección. Su última prueba fue exitosa.

Se trató de un ensayo clínico pionero en el que los científicos probaron dos fórmulas de vacuna. Cada una fue administrada a un grupo de mujeres. Quince jóvenes recibieron la vacuna con una fórmula combinada con liposomas CAF01 (CTH522: CAF01). A otras 15 se les administró la misma fórmula, pero ahora con hidróxido de aluminio (CTH522: AH). Mientras que a otras 5 se les aplicó un placebo que era básicamente solución salina.

El procedimiento se repitió tres veces durante cuatro meses. Se les inyectó la vacuna en el brazo y seguido a esto se les administró dos dosis de la misma sustancia a través de un aerosol nasal. El resultado fue alentador, advirtieron los autores en las conclusiones del estudio publicado en la revista Lancet Infectious Diseases.

De las mujeres que recibieron ambas fórmulas, el 100 % de las participantes tuvo una respuesta inmunne, contrario a lo que pasó con el placebo. La prueba más alentadora es que, de acuerdo con Dr Frank Follmann, coautor del estudio, gracias a las vacunas «vemos los anticuerpos como una primera línea de defensa. Deberían poder atacar a las bacterias una vez que ingresen al tracto genital», dijo para el periódico británico The Guardian.

Si bien los resultados son prometedores, el tratamiento de una vacuna para la clamidia aún se encuentra en una etapa temprana de desarrollo. La idea ahora es probar las fórmulas con más participantes con el fin de tener la seguridad de su efectividad. Se estima que una vacuna para esta infección, acompañada por una vacuna contra el virus del papiloma humano podría blindar a las mujeres y a los hombres contra tipos de cáncer como, para el caso de ellas, el de cuello uterino.