Para iniciar, Fernando Escalante tiene como objetivo estudiar los valores que se manifiestan en las conductas, a partir del supuesto de que esos mismos valores ayudan a explicar las conductas mismas. Lo anterior soporta pues, que el funcionamiento de la vida publica no esta conformada con la hipótesis cívica, ya que hay un predominio de las lealtades personales y que la autoridad publica es un recurso útil y puntual para promover intereses particulares.

Su hipótesis general desprende dos características, una, que las formas de moralidad publica en México estaban caracterizadas por no seguir un modelo homogéneo y que ninguno de los tipos coincidía con los imperativos de la moral cívica. Y dos, la vida política se organizaba por medio de relaciones y practicas regulares con las características de un orden establecido. Su tesis es entonces que el proyecto político de toda la clase política decimonónica de crear ciudadanos, dar legitimidad y eficacia a un Estado de derecho, democrático y liberal estaba en abierta contradicción con la necesidad de mantener el control político del territorio. Con un estado débil, las acciones individuales cobraron mayor fuerza y sin el uso de los mecanismos informales, tal es el caso de (clientelistas, patrimoniales, corruptos) el control político era imposible.

Metodológicamente, se instaura en el plano espacio-tiempo del siglo XIX mexicano mas concretamente entre el periodo de 1821 hasta 1880. Es destacable observar que en su análisis procura anotar los cambios, los momentos de ruptura o la dirección del proceso evolutivo. Es pues, que supone que la moralidad no es un ideal abstracto, más bien es una pauta regular que puede inferirse de la conducta.

Hace una comparación del modelo teórico de la moral cívica con la conducta efectiva de los campesinos, los hacendados, los militares etc., para entender entonces porque era inevitable esa forma de vida cívica. Para México, el indígena intenta ser borrado a través de tres parámetros, por medio de la inmigración, la guerra y la educación, la cual podía desterrar los vicios e inmoralidades.

Eric Wolf sostiene que las sociedades agrarias desarrollaron una ética de subsistencia que rige su organización orientada a la eliminación del riesgo, las comunidades indígenas mexicanas mantuvieron un orden interno que les permitió una conexión con vínculos clientelistas, es aquí donde el Estado suele parecer mas una amenaza que una garantía. De ello, se desprende que la organización de los municipios fue el primer intento transformador del orden de los pueblos, quitando a las comunidades campesinas autonomía, pero si le daba una subordinación al estado central.

En la colonia los indígenas aprendieron a utilizar los recursos legales lo que permite observar que conocían la política nacional y se sentían mexicanos. Reclamaban sus derechos y de igual forma denunciaban los manejos de gobierno del Estado y hacían notar que habían sufrido despojo; eran por tanto obedientes a las leyes. Sus conflictos eran locales y nunca se tramaron alianzas nacionales por que su forma de hacer política se los impedía. Pero, ¿Hubiese sido distinta la realidad para ese entonces si las comunidades campesinas hubieran articulado una alianza nacional y no regional en contra del estado? Tal vez si, pero jugó mayor peso lo local que lo nacional como resultado de sus políticas mismas.

Las haciendas para ese entonces eran vistas como empresas mas no como feudos; ellas tenían un control sobre el mercado regional, con un poder político y militar. Los hacendados a su vez formaron redes clientelares y mantuvieron un orden mas allá de la independencia puesto que no dependían del estado colonial. Su moral señorial estaba fundamentada en una personalización de la autoridad, y el orden rural descansaba en cierta medida sobre el señorío de los hacendados. El siglo XIX se enmarca en el caso mexicano como un periodo de convulsiones ya que las autoridades locales mantenían un vínculo débil con el gobierno central.

Así pues, el modelo patrimonial dado por Marx Weber sostiene que el papel de los hacendados, el de los caciques locales y en cierto caso el de los caudillos, se organizan como una extensión del poder domestico. En lo que respecta a la funcionalidad de la iglesia y el ejército, hay que decir que estos fueron en parte obstáculos para la construcción del estado ya que conservaban algunos aspectos de la colonia. El ejército conservaba su naturaleza típica en la construcción de un orden e institución como recurso político. Y se ve orientado, pero desde una manera diferente era débil a causa de la poca inversión y mantenimiento por parte del estado, contribuyendo a la deserción y formación de autonomías y prácticas corruptas ligadas a patrones clientelares.

Escalante, relaciona la categoría de la ciudadanía y estado señalando la funcionalidad de las virtudes cívicas como la obediencia y legalidad en la construcción del ciudadano que conceptualiza la unión entre el estado y el pueblo reposado en el bienestar común de pueblo. Este proyecto político era pensado por facciones políticas, para los conservadores veía de la ciudadanía un proyecto restringido no actos para todo; al igual, los liberales que apoyaban dichas restricciones de estos derechos ejercida solo por los propietarios quienes eran los únicos poseedores de las virtudes cívicas. La labor del estado mexicano en este periodo, se ejerce de manera desigual, a pesar de los principios de bienestar común, existe más bien lo contrario una completa construcción de intereses regionales ligados a cierto redes familiares y comerciales ejercidas sobre los que representan la autoridad estatal.

Finalmente, la corrupción es una categoría que podría asociarse a un periodo de larga duración, que persiste con el paso de los años en la esfera pública. El estado no era poseedor de un control, esto se debe a diversas organizaciones de tipo comunitario y señorial, haciendo del orden cívico un elemento privado; porque no existía la individualidad sino la colectividad de estos grupos dotados de interés particulares sobre los intereses públicos.

Por: Edwin Nieto Olivo.