Este lunes entrará en vigencia el anunciado decreto que la Superintendencia Financiera que permitirá a los bancos, por una única vez, modificar las condiciones crediticias de los consumidores que por la desaceleración económica estén en riesgo de incumplir con sus obligaciones sin generar un registro en las centrales de riesgo crediticio.

Jonathan Malagón, vicepresidente de Asobancaria, señaló que “lo peor que puede ocurrir es que una persona, que por razones transitorias no pueda pagar sus deudas, una persona que nos ha costado como país incluir en el sistema financiero formal, terminemos reportándola, excluyéndola y enviándola hacia el gota a gota y hacia el crédito informal”.

Antes del nuevo decreto, un consumidor del sistema financiero que inclumplía con el pago de sus obligaciones financieras podía someterse a reestructuración o caer en mora, lo que llevaba además a que los bancos castigaran dicha cartera y en ambos casos era merecedor a un registro en alguna de las centrales de riesgo crediticio como cliente reestructurado o en mora.

“Ahora cuando como banco veo que el cliente no va a pagar, incluyo una nueva opción que se llama modificado y si el cliente se porta bien vuelve al curso natural y si no, será reestructurado o en mora”, añadió Malagón.

Operativamente los bancos del país están listos para aplicar el nuevo decreto ya que, como han hecho durante años, se comunicarán con el consumidor que cumpla con el perfil de riesgo de incumplimiento de sus obligación para ofrecerle la modificación de sus condiciones antes de que caiga en impago.

Sin embargo, a los consumidores que ya están en reestructuración de sus créditos o que cayeron en mora el decreto no les ayudará. “Esto no es una amnistía de las centrales de riesgo hacia el pasado”, puntualizó el vicepresidente de Asobancaria.

Malagón agregó que si bien los no saben cuántos clientes son sujetos a ser reportados, saben que la cartera en mora es de $17,7 billones de acuerdo con las cifras más recientes y que alcanza el 4% de la cartera total y lo que no quiere el sistema financiero es aumentar dicho porcentaje hasta 4,5% “simplemente porque los clientes no tuvieron esta posibilidad de alivio en el corto plazo”.

En la actualidad, el 90% de las reestructuraciones de créditos se dan por iniciativa de los bancos que se comunican con los clientes. Además, en muchos casos los clientes que están informados prefieren no acceder a la reestructuración de sus obligaciones crediticias pues saben que esto les representa un reporte ante Cifin o Datacrédito-Experian, así que el cliente decide que no lo informen.

A esta situación se suma que hay un sobrecargo de pagos por tarjeta de crédito a una sola cuota, pese a la capacidad de muchos consumidores financieros de asumir dichas obligaciones durante dos o tres meses.

“Estos clientes que ganan suficiente para cumplir sus obligaciones, que han tenido históricamente buen comportamiento en el sistema financiero y que se equivocaron al momento de decidir a cuántas cuotas poner su crédito, no aceptan que los bancos los modifiquen para evitar el reporte a la central de riesgo”, destacó Malagón.

Para este tipo de consumidores financieros y para todos aquellos que por cualquier razón están en riesgo de caer en mora pues perdieron la capacidad de responder ante sus obligaciones financieras, desde el lunes tendrán la posibilidad de clasificarse en el sistema financiero como “modificados”.