El tema de la circuncisión todavía representa mucha discusión, tanto en el aspecto religioso como en el de salud, entonces las posiciones de muchos estudiosos son muy diversas. En el Antiguo Testamento, se ve la manera en que la circuncisión representó todo un rito en el pueblo hebreo, y que en la actualidad los judíos practican.

Vista la circuncisión como aspecto de salud, se ha de decir que los urólogos de hoy realizan circuncisiones en casos donde se den problemas de fimosis y parafimosis (por redundancia y estrechez de prepucio), de infecciones en la zona del prepucio y el glande, y hasta de algunos cánceres en el pene, es por eso que en algunos países en los últimos años en los hospitales se ha visto la necesidad de realizar muchas circuncisiones para corregir casos severos que sufre nuestra población masculina, aunque el criterio de muchos médicos es, que la circuncisión es innecesaria en la mayoría de casos.

Sin embargo, este tipo de cirugía es útil pues en el aspecto de higiene se ha decir que si los varones no estamos circuncidados, la limpieza en el pene se debe realizar de forma más rigurosa, dado que debajo del prepucio se da la tendencia a acumulación de esmegma (sustancia cerosa) que si no es removida cada cierto tiempo sufre descomposición contaminante, que puede contribuir a infecciones. Además, el jabón de baño diario se puede acumular en la zona entre el glande y prepucio y provocar irritaciones de la piel.
Respecto al acto de los judíos de realizar la circuncisión a los niños tiene buen sentido, pues se evitan problemas futuros (como los mencionados con anterioridad) y además, en ese periodo, la recuperación es mejor y más rápida que en los adultos.

Confrontando lo ritual con una legítima vivencia espiritual, la Biblia expone el aspecto de la circuncisión en primer término como un pacto entre el pueblo de Israel con Dios.
Ahora cuestionemos lo siguiente, ¿si la circuncisión ritual por razones obvias (fisiológicas) solo se le practica al varón en la fe judía, en cuál posición quedarían las mujeres?, ¿acaso ellas por eso quedarían excluidas del pacto con Dios?, entonces entendamos que, en la cultura del pueblo hebreo de la Edad Antigua, la mujer no era considerada como “persona” sino como un objeto de trabajo y complemento, para que el varón procreara.

Pero lo que al parecer no entendió en aquellos tiempos la comunidad varonil de Israel y hasta de muchos gentiles (paganos), es que la circuncisión como pacto de salvación (antes que un ritual) era una forma de decir que era necesario separarse de los politeísmos y del pecado, y en cambio vivir con rectitud y santidad, entonces eso implicaba quitarse la esclavitud de la carne para nacer para el espíritu, pero san Pablo por el poder y la gracia del Espíritu Santo si lo entendió bien por eso dijo en su carta a los Colosenses 2:11: “En él (Cristo) también, ustedes han sido circuncidados, no con una circuncisión hecha por los hombres, sino con la circuncisión hecha por Dios al unirlos a Cristo y despojarlos de su naturaleza pecadora”.

En 1° de Corintios 7:9, apóstol dijo: “…Porque lo que importa no es estar o no circuncidado, sino obedecer los mandatos de Dios”.

En Romanos 2:1-29 el mismo evangelista profundiza así: “Es cierto que, a quien obedece a la ley de Moisés, la circuncisión le sirve de algo; pero si no la obedece, es como si no estuviera circuncidado. En cambio, si el que no está circuncidado se porta según lo que la ley ordena, se le considerará circuncidado aun cuando no lo esté. El que obedece la ley, aunque no esté circuncidado en su cuerpo, juzgará a aquel que, a pesar de estar circuncidado, no la obedece.”

De toda esa serie de aspectos se puede entender que, la circuncisión es de vital importancia como aspecto de salud masculina, pero en el sentido espiritual es de alcance a todas las personas que deseen la salvación, dado que implica un llamado a nuestra conciencia, de la necesidad de abocarnos a la perfección del alma.

Por: Osvaldo Corrales Jiménez
Comentarista de temas cotidianos