Durante la primera década del siglo XXI, la pila de hidrógeno tuvo un momento de auge como sustituto limpio del carburante y varias marcas centraron en ella sus esfuerzos de investigación. Ahora, tras haber dedicado ingentes cantidades de dinero a su estudio, Daimler –Matriz de Mercedes-Benz– ha decidido abandonar el desarrollo de esta tecnología para centrarse únicamente en los coches híbridos y eléctricos.
Pese a ello, la marca alemana mantendrá activo el proyecto GLC F-Cell Plug-in, una iniciativa que trabaja en el desarrollo un SUV con pila de hidrógeno pero enchufable. No obstante, esto supondrá sólo una pequeña parte de sus esfuerzo de investigación y es posible que no lo realice internamente.
Según afirmó Dieter Zetsche, consejero delegado de Daimler, la pila de combustible ya no tiene un rol central en los planes de la compañía a pesar de que Daimler es considerada una de las empresas de automoción más avanzada en tecnología.
El motivo del abandono es más sencillo de lo que podría pensarse. Los coches eléctricos ‘convencionales’ han alcanzado un rango de autonomía lo suficientemente amplio como para que su uso se generalice, y los tiempos de carga son cada vez más breves en los nuevos modelos eléctricos. En definitiva, es la tecnología eléctrica la que ofrece mayores posibilidades de crecimiento.
Esto, unido al descenso en el costes de las baterías, también ha contribuido a que marcas como Mercedes prefieran centrar sus esfuerzos en el desarrollo de modelos híbridos y eléctricos, por resultar más asequibles que los impulsados por pila de combustible.
La retirada de Daimler supone, en realidad, un duro golpe para la tecnología basada en el hidrógeno, y habrá que estar atentos a los caminos que toman otras marcas implicadas en su estudio y desarrollo, como Toyota y Honda, para ver si debemos decir definitivamente adiós a este sistema.