Debido a que en el mes de la Patria en Nicaragua la Independencia del Coloniaje Español, es un tema y un asunto de mucha preponderancia, hemos creído en este aniversario otorgarle la cobertura e importancia que dicho evento histórico se merece.

Ustedes apreciaran en la mayoría de los factores y eventos, que éstos guardan una relación con la Independencia, ya que tienen una íntima relación con la Libertad. Cuando en América Latina se estudia la historia, de cinco naciones, como lo son Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú, en referencia al proceso de sus independencias o sea de la autonomía y de la liberación de la opresión que generaba la férrea e impositiva colonización española, la Libertad es el principio fundamental, asunto primordial del ilustre personaje que luchó para lograrla. Nos referimos al gran Simón Bolívar, el mismo que por su tenacidad y grandeza, la Independencia la hizo posible. La historia lo reconoce como el gran Libertador de América.

La situación de Nicaragua, cuando estábamos sometido a la Colonia del Imperio Español, donde la misma era Provincia regulada por el Reino de Guatemala, que centraba el mandato o poder delegado en las Provincias centroamericanas de Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y la misma Guatemala, el sistema dejo de regir al declararse la Independencia según Acta del 15 de Septiembre de 1821, en la Capitanía General de la ciudad de Guatemala.

¿Qué tan importante fue nuestra Independencia? En vista de una serie de sucesos y situaciones nada gratas para tener una independencia integral, como lo fue que a los 100 días posteriores a la firma del Acta del 15 de Septiembre, se anexaran,  a otro imperio naciente en enero a México, con Agustín de Iturbide el 5 de enero de 1822, que no tuvo mayor futuro, ya que este imperio caería en marzo de 1823, dando lugar a que el 1 de julio de 1823, las provincias de Centro América se declararan libres e independientes de la antigua España, de México y de cualquier otra potencia; la restitución de la Monarquía en España con Fernando VII, con altas pretensiones del restablecimiento del Coloniaje Español; la situación inmediata de anarquía ante el vacío de poder heredado, así como los altos y profundos intereses de la preservación del Status Quo que existía en las clases privilegiadas de origen peninsulares, generó dos posiciones antagónicas, como fueron las respectivas ansias de poder de los criollos afines a las clases privilegiadas y los demás criollos deseosos de superar socialmente con equidad de oportunidades, aunadas al acérrimo separatismo que se produjo, la Independencia integral fue un asunto pendiente no resuelto por la firma del Acta del 15 de Septiembre de 1821.

Lo anterior fue para nuestro caso, lógico preguntarse en el ámbito de los intelectuales e historiadores, si a partir del 15 de Septiembre ¿Cabe la verdadera independencia de Centroamérica?, más aun tomando en cuenta el puje pretensioso que mantuvo España de restituir el Coloniaje, así como el empeño federativo de los países en el área, en el que mediaron cruentas luchas entre unionistas y separatistas; situación que finalizo ante el fracaso del libertador centroamericano Gral. Francisco Morazan Moncada, dando lugar en la etapa de su proceso y épica gesta, otra fecha notoria y simbólica como fue cuando Nicaragua, mediante la Asamblea Constituyente determinó el 30 de Abril de 1838  declararse: “El Estado de Nicaragua es libre, soberano e independiente sin más restricción que la que se imponga en el nuevo pacto que celebre con los otros estados de Centro América, conforme a los principios de un verdadero federalismo”.

Si bien muchas esperanzas estaban cifradas en la Independencia, para decidir por ellos mismos su propio futuro, albergando no solo la unidad sino la paz entre sus nacionales; al sentirse liberados sin coacción de autoridad alguna, al dejar llevarse por sus naturales instintos, la historia de las tristes realidades que posterior se generaron, se inició en la plaza de Guatemala donde estaba una estatua ecuestre del Rey Carlos IV, padre del Rey Fernando VII, dejando solo el caballo; el dolor y la tragedia cabalgarían en ese devenir, confirma la ironía que la historia tiene en sí misma.

Es cierto, estamos lejos de alcanzar el desarrollo y el progreso que de acuerdo al cambio de los tiempos otros países han logrado, que con tristeza y algo de envidia mucho queremos, por lo que con espíritu y patriotismo no nos hace desmayar, para poder avanzar.

Sobre el autor:

  • Hugo J. Vélez Astacio es escritor e historiador. Originario de Chinandega, Nicaragua. Ex colaborador del Diario La Prensa y El Nuevo Diario. Conferencista en Pro de la cultura e Historia de Nicaragua. Autor de 9 obras de Literatura e Historia. (Gral. Pancho Cabuya; Conociendo a Darío; Historias de nuestra Historia; Rubén Darío Prócer Cultural de la Lengua Hispana; Canal Interoceánico Un sueño hecho pesadilla; Hugo Astacio Cabrera ante la Historia entre otros.

Contacto: hugoveleza@yahoo.com