Los apicultores de la zona que se vieron afectado por este fenómeno se presentaron de inmediato ante el Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza), para dar cuenta de la situación, explicando que la muerte de los insectos se produjo poco después de que en fincas aledañas se fumigaran los frutales tempranos. La aplicación de productos fitosanitarios que se realiza para prevenir la aparición del “trips”, está regulada de tal forma que se desarrolle en condiciones que no afecten al Medio Ambiente, a los polinizadores en general y a las abejas en particular.
La finca Cañada Gallego ha visto afectadas la totalidad de sus 180 colmenas y el cálculo es que sólo en la zona de Mazarrón han muerto casi tres millones de abejas por la intoxicación medioambiental que ha sufrido la localidad. La asociación de apicultores murcianos se comunicó con Greenpeace, tras lo cual representantes de la organización ambientalista se trasladaron al lugar y verificaron la masacre que se había producido en la población de abejas de la zona.
La finca Cañada Gallego ha visto afectadas la totalidad de sus 180 colmenas y el cálculo es que sólo en la zona de Mazarrón han muerto casi tres millones de abejas por la intoxicación medioambiental que ha sufrido la localidad. La asociación de apicultores murcianos se comunicó con Greenpeace, tras lo cual representantes de la organización ambientalista se trasladaron al lugar y verificaron la masacre que se había producido en la población de abejas de la zona.
Greenpeace alerta de que las fumigaciones acaban de comenzar, por lo que si no se prohíbe este tipo de aplicación de fitosanitarios que afecta a dichos insectos, la muerte de abejas continuará, dado que las prácticas agrícolas que se están empleando no son sostenibles ni respetan al Medio Ambiente ni a las personas.
Antecedentes
El año pasado el Servicio de Sanidad Vegetal hizo un estudio específico, mediante el cual se realizaron 25 inspecciones a fincas con árboles que estaban en proceso de floración, con el fin de medir la incidencia que el empleo de plaguicidas podía tener sobre la muerte de abejas, que acontece cada año por estas épocas. El análisis de las muestras que se tomaron de los árboles en floración y que se realizó en el laboratorio Agroalimentario y de Sanidad Animal perteneciente a la Conserjería de medio Ambiente, demostraron que se estaban empleando los productos fitosanitarios correctos, dado que todos los plaguicidas que se encontraron estaban autorizados.
La excepción a la regla se halló en una finca en donde se comprobó la aplicación de un producto del tipo neonicotinoide (considerado peligroso para el Medio Ambiente y los ecosistemas) y que le supuso a la explotación involucrada, la apertura de un expediente sancionador. Según sus conclusiones, el 98 % de las muestras que se analizaron cumplían con las normativas que rigen el empleo de productos fitosanitarios, por lo que se consideró que los fruticultores murcianos daban muestras de profesionalidad y de respeto por el Medio Ambiente, cumpliendo con las normativas y que el Gobierno de la Región estaba llevando a cabo una política responsable de lucha contra las plagas.