Se trata de el macaco de las nieves y el ciervos sica, dos especies que viven en Japón y mantienen una estrecha y «rara» relación. Dentro de lo normal, estaría que algunos simios se siuberan al lomo de un  cérvido y se dedican a desparasitarlos sacándole pulgas y otras bacterias de su pelo, pero, esta vez es diferente.

Investigadores de la Universidad de Estrasburgo, en el noreste de Francia, han observado un comportamiento tan sorprendente como inusual: un macho adulto intentó copular con una hembra de ciervo durante algunos segundos. Pero no tuvo suerte ya que no llegó a haber penetración, aunque si eyaculación.

Pasado el primer intento, el macaco no «se dio por vencido e intentó aparearse con otra hembra de ciervo»,aseguran los expertos, y en este caso tuvo menos éxito ya que la hembra de ciervo ni siquiera le permitió subirse sobre su lomo.

¿Por qué se comporta así?

Los investigadores no tienen claro por qué este macaco japonés de la isla de Yakusima, en el sur de Japón,intentó montar al menos dos ciervas sica, mucho más grandes que él, pero se especula  que podría deberse a un intento del macaco por liberar su frustración sexual u hormonal.