Una verdadera avalancha se aproxima para Cartagena, si no sabemos escoger en las elecciones que se avecina un candidato con criterio propio y sin compromiso con financistas, para que administre el palacio de la aduana, la ciudad se ha visto en los últimos años el atraso y abandono de sus verdaderos líderes, a excepción del encargo que acertadamente se dio a PEDRITO PEREIRA CABALLERO, que no solo ha demostrado liderazgo al frente de los destino de la heroica, sino que le devolvió la confianza que se había perdido por el berroche y derroche de dinero de administraciones anteriores, razones estas que se tuvo en cuenta por el gobierno nacional y ratificarlo en el encargo mientras se elige en propiedad al nuevo administrador, por eso debemos estar preparado y analizar por ejemplo que le espera a Cartagena con YOLANDA WONG BALDIRIS, cuando ha sido cuestionada por supuestos actos irregulares en las posiciones que ha ocupado y sobre todo debe cancelar la no despreciable suma de 20 mil millones de pesos, precisamente a los grupos políticos que la respaldaron: La U, Cambio Radical, Opción Ciudadana, antiguo PIN, en su aspiración a la gobernación de Bolívar en las elecciones pasadas, campaña que denominó ‘La Avalancha China’.

Analicemos, desde una perspectiva comparada, las características jurídicas y prácticas de la ecuación «dinero-política» en Cartagena, que ha demostrado la caída de los últimos alcaldes; es preciso señalar que el esfuerzo por realizar un estudio comparado sobre el financiamiento de la política en la ciudad enfrenta una serie de limitaciones tanto metodológicas como prácticas. Son muchos todavía los vacíos de conocimiento de variables relacionadas con el financiamiento de los caciques políticos que en su desespero quieren sacar su inversión como de lugar sin importar que estén inhabilitado como lo ocurrido a QUINTO GUERRA que sabiendo que lo estaba se hizo elegir, porque lo que importa a las casa políticas es que el candidato tenga aceptación ante el elector primario para llevarlo a la primera magistratura no importa que demore uno, dos, o más meses en el cargo, porque ellos mismo envían una terna donde se escogerá al de su preferencia para manejarlo a su antojo, pues de esa forma se paga los favores a los financistas y queda el Distrito en manos de la ingobernabilidad nuevamente, de ahí la imperiosa necesidad de saber escoger analizando los antecedentes de los candidatos en contienda para no seguir en el estado agónico en que PEDRITO PEREIRA encontró al Distrito.

Lo que se avecina el próximo 27 de octubre para Cartagena es una verdadera Avalancha, si por ignorancia elegimos a una persona que cuando estuvo el mando del Distrito por encargo, declaro insubsistente a funcionarios que denunciaron hechos de corrupción e irregularidades que hallaron en su propio despacho, uno de los mayores focos clientelistas del Distrito, de cara a una multiplicidad de escándalos de corrupción, no olvidemos los 17 contratos adjudicados por valor de 64.261 millones de pesos; en su mayoría para la cuestionada Edurbe, a dedo, con único proponente.

De ahí que se hace urgente, la necesidad de reformas político-electoral tendientes a garantizar una mayor transparencia y equidad en el financiamiento de la política, para no tener que repartir el poder entre tantos caciques, porque es imposible gobernar sin la injerencia de quienes apoyan económicamente, evidenciando que esa ha sido la tradición en Cartagena; a pesar de la existencia de regulaciones que imponen a los partidos la obligación de transparentar sus finanzas, no se aplican, lo que conduce a que exista generalmente un débil compromiso por parte de los partidos para reportar información precisa, todos quieren sacar a como dé lugar la inversión que realizaron a través de contratos, por eso contra ellos hay impunidad, no hay pensamiento social ni compromiso; es una cuestión personal ubicado en el sector público, que significa injusticia, menos alimentación, salud, educación o vivienda para quienes lo necesitan, y comienza aflorar la dualidad ética, que es la hipocresía o falsedad ideológicas. Se predica una idea, a la vez que se la ignora o se contradice en la práctica; es el doble discurso que ajusta las explicaciones a las necesidades. Por eso, Necesitamos alcalde con criterio propio, sin compromiso con financistas.

Por: William Hundelhausen Carretero
Presidente Nacional APIC

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