“Un Grito de Guerra Contra la Crisis Ambiental”

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¿Podemos como líderes mitigar la gravedad de la crisis ecológica? Este compromiso vital debe unirnos a todos los líderes en un mismo sentir y espíritu. Las decisiones contundentes e inmediatas sobre el medio ambiente que ya hemos agotado a la mitad deben ser un principio rector de todo nuestro trabajo y la base para la anhelada paz entre las naciones.

Si una persona no sabe dónde se encuentra la Antártida ¿cómo puede comprender el problema del calentamiento global y el deshielo si el único hielo que conoce es el de su refresco? Si nosotros como líderes de diferentes territorios no colocamos la sostenibilidad del agua y los proyectos medioambientales en el pedestal que merecen como una verdadera megaobra y no los incluimos en los planes de desarrollo del territorio entonces debemos reevaluar nuestro enfoque.

No debemos permitir que seamos utilizados como títeres de un sistema de planificación como el que rige a algunos países permitiendo que una valiosa herramienta de diagnóstico como el plan de desarrollo se elabore desde los escritorios validando el proceso con fotos y  asistencia para justificar la participación en lugar de realizar un buen diagnóstico desde los territorios a través de una Planificación Participativa que permita la adecuada asignación de los recursos apuntando a las necesidades priorizadas por lideres y comunidad en todo el proceso.

Queridos líderes nuestro planeta se ocupará de nosotros si nosotros no nos ocupamos de él. Hay una profecía india que nos deja muy claro el panorama desolador hacia el que nos dirigimos y estamos aquí para impedirlo. Dice que solo después de que el último árbol sea cortado solo después de que el último río sea envenenado solo después de que el último pez sea capturado solo después de que el último animal se haya extinguido solo entonces sabremos que el dinero no se puede comer.

Los científicos advierten que pronto podríamos enfrentarnos a un «Armagedón ecológico». La obsesión por un estilo de vida consumista solo puede conducir a la violencia y la destrucción mutua. Los acuerdos alcanzados por los líderes de los países en las importantes cumbres medioambientales son débiles y no vinculantes, pero si se ignoran y desechan tendrán que responder ante la gente y ante la historia por los impactos climáticos.

Se están detectando profundos cambios con efectos del cambio climático en todos los continentes: el aumento de la temperatura global el deshielo en los polos la subida del nivel del mar la emisión de gases de efecto invernadero sequías inundaciones incendios forestales extinción de especies océanos con más plástico que peces. Todo ello está contribuyendo al deterioro y ha aumentado la desigualdad entre los países causando sufrimiento hambre y muertes.

Es indispensable dar pasos de gigante en la defensa del medio ambiente. El primer paso es crear un vínculo afectivo profundo con la naturaleza y la tierra, amarlas cuidarlas respetarlas. El segundo paso es vivir en íntima comunión y armonía con ellas. Aquellos que superen la ceguera ambiental sentirán el deber ético y moral de despertar conciencias en sus entornos e ir preparando a la humanidad para vivir momentos dramáticos.

Hay mucho por hacer y el desafío de trabajar por la sostenibilidad debe llevarnos desde cosas básicas, como contar cuántos días puedes pasar sin comprar un artículo de plástico de un solo uso, hasta encontrar empresarios en la comunidad que estén convirtiendo la basura en un negocio exitoso y reconocerlos.

El desafío invita a cultivar la colaboración entre escuelas, iglesias, organizaciones que empiecen a generar agentes de cambio y adopten un agudo sentido de responsabilidad social, empresarial y ambiental. Debemos promover la corrección de modelos de crecimiento que han demostrado ser incapaces de garantizar el respeto al medio ambiente. Desde luego, el desafío también implica sensibilizar hacia mejores prácticas, pues la ignorancia sobre el tema ambiental no es excusa para evadir la gran responsabilidad que se nos demanda.

Aún hay tiempo, pero debemos actuar ahora. Cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en esta lucha. Ya sea reduciendo nuestro consumo, reciclando, o educando a otros sobre la importancia de la sostenibilidad, cada acción cuenta. Este es nuestro llamado a la acción. Este es nuestro momento para marcar la diferencia. ¿Estás listo para aceptar el desafío? Levantemos juntos la bandera y que este sea nuestro grito de guerra en contra de la crisis ambiental.

Por Carlos Alberto Arias Baquero.